Suzy Favor Hamilton, de las pistas a la prostitución

Por ANGEL

Los expertos aseguran que en los últimos años, nuestra sociedad se está sexualizando más que nunca. La liberación del placer sexual era necesaria, incluso inevitable, ya desde finales de los años 60. La cultura se había podido quitar de encima la restringida moral religiosa, y habíamos empezado a dejar de ver el sexo como algo pecaminoso y  negativo. Los avances en métodos anticonceptivos trajeron también consigo una mayor libertad para disfrutar del sexo sin compromiso, para lo bueno y para lo malo. Internet ha sido la gran plataforma de lanzamiento de esa nueva sexualidad, mucho más abierta, diversa y explícita. Nunca antes habíamos tenido acceso a tal cantidad de información, y eso también tiene que ver con el sexo y con la pornografía, por ejemplo. Es muy sencillo acceder a un vídeo pornográfico, incluso siendo menores de edad, y eso crea también unos hábitos y rutinas muy concretos. La sexualización de la sociedad ha llegado a tal punto que incluso se debate en público sobre lo idóneo de que una persona se dedique al sexo profesional.

Como ya hemos apuntado, la pornografía se ha naturalizado y ahora está en todas partes, sobre todo en Internet. Plataformas cien por cien online han dado la posibilidad a muchas chicas amateur de convertirse en virales haciendo fotos y vídeos desde casa. Esto también les permite generar unos inmensos ingresos de una manera sencilla y segura. La prostitución, uno de los oficios más antiguos del mundo, también se ha visto afectada por esta nueva realidad. Lo que antes resultaba un trabajo marginal solo para mujeres al borde de la supervivencia, hoy se ha convertido en una opción incluso para universitarias. La prostitución de lujo es una puerta directa a altos ingresos, para aquellas chicas que tienen la mente abierta y saben lo que quieren en la vida y en el placer. Incluso cuando han tocado la gloria en otros campos, como el deporte, convertirse en escort de lujo puede ser una solución muy rentable para aquellas que ya han visto desaparecer su trayectoria. Ese ha sido el caso de la atleta Suzy Favor Hamilton.

Una gran atleta norteamericana

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Nacida en Wisconsin en 1968, la pequeña Suzy comenzó su carrera como atleta con tan solo 9 años, desempeñándose luego como una de las mejores atletas juveniles del país. Mientras cursaba estudios en el instituto, Suzy consiguió ganar campeonatos nacionales, y fue nombrada como una de las mayores estrellas del atletismo de Estados Unidos.

Su carrera iba viento en popa cuando llegó a la Universidad de Wisconsin, en donde repitió éxitos a nivel nacional y comenzó a ser llamada por la selección de Estados Unidos. Su primera participación en los Juegos Olímpicos llegó en Barcelona 92, con 24 años de edad. También representó a su país en Atlanta 96 y por último, en los Juegos Olímpicos de Sidney, en el año 2000. Fue esa carrera la que acabó con sus esperanzas dentro del deporte profesional.

Problemas emocionales y adicciones

Su trayectoria a lo largo de la década de los 90 había ido de más a menos. A pesar de haber obtenido hasta siete medallas en carreras de 1.500 metros en diferentes competiciones mundiales, los Juegos Olímpicos nunca le dieron la gloria que Hamilton buscaba. En Sidney 2000 se clasificó para la final de su competencia, pero la edad ya comenzaba a notarse. La atleta, pasados los 30, tenía que competir con chicas mucho más jóvenes y rápidas que ella. Aquella última carrera terminó por sacarla de la competición, por un traspiés que terminó con sus sueños de victoria. En aquel momento, Suzy ya sufría de un trastorno grave de bipolaridad, por el cuál debía medicarse de manera corriente, y eso empezó a afectar a su rendimiento. Y no solo dentro de las pistas.

Aquel trastorno se hacía más patente en los torneos y competiciones, y la medicación tenía efectos secundarios cuanto  menos llamativos. Por ejemplo, Suzy Favor Hamilton asegura que, por culpa de aquellas medicinas, comenzó a tener un deseo sexual exacerbado. Era como si siempre estuviera con ganas de tener relaciones, razón por la cual empezó a interesarse por la prostitución. Con su carrera profesional ya acabada, y con una enfermedad que parecía seguir creciendo y creciendo, Favor terminó mudándose a Las Vegas para dar un cambio radical en su vida. El suicidio de su hermano Dan, en 1999, no ayudó a la recuperación de Favor, que decidió convertirse en trabajadora sexual para ganarse la vida. Y no tardó en ser toda una estrella también en la Ciudad del Pecado, cambiando las pistas de atletismo por las habitaciones más lujosas de los hoteles.  

Su vida como prostituta en Las Vegas

En Las Vegas, Suzy se hacía llamar Kelly Luny, para no ser reconocida. Y es que durante años, su imagen había aparecido en todo tipo de noticias, periódicos y hasta anuncios. Era un símbolo de superación, de motivación, una de las mejores atletas del país y un orgullo para su nación. Aquella presión, unida a la terrible muerte de su hermano, pudo suponer su caída en los infiernos del trastorno mental. La bipolaridad se puede tratar, pero a veces ese tratamiento resulta en unos efectos secundarios demoledores. En el caso de la ex atleta, su libido aumentó de una manera inusitada. Posteriormente, Suzy reconoció haber escogido la vida del trabajo sexual para saciar esos deseos y de paso, ganar dinero e intentar cambiar su situación con esos ingresos.

Pero el remedio sería peor que la enfermedad. Durante algunos años, y con la total connivencia de su esposo, Mark Hamilton, Suzy se dedicó al negocio del sexo de lujo, convertida en una escort muy exclusiva en Las Vegas. Posteriormente, en sus memorias Fast Girl, la chica reconocía no recordar demasiado de aquella época. No estuvo durante mucho tiempo llevando esa doble vida, pero en 2012 la verdad salió a la luz, sacudiendo a todo el país. Suzy Favor Hamilton era en aquel momento todavía todo un ejemplo de atleta profesional, una de las mejores que Estados Unidos había tenido. Al conocerse la noticia, Suzy reconoció los hechos y rápidamente perdió el favor de varios sponsors, siendo incluso excluida del Salón de la Fama del Atletismo de USA. Era una auténtica pesadilla, pero la chica consiguió, una vez más, levantarse y seguir.  

Una confesión dolorosa

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Suzy Favor Hamilton ha tenido una vida complicada, marcada por la atención de los medios, por su trastorno de bipolaridad y por las desgracias sucedidas en su entorno. Sin embargo, la ex atleta ha conseguido resarcirse de todo ello y actualmente vive como artista y escritora en California junto a su hija.

Después de ser vapuleada mediáticamente al conocerse su pasado como escort, Favor decidió escribir sus memorias, que fueron publicadas con el título Fast Girl, “Chica Rápida”. En ellas se abría emocionalmente ante sus lectores, hablando de todos los temas delicados de su vida. A pesar de haber perdido buena parte de los patrocinios, Favor ha seguido vinculada al deporte y ahora da charlas advirtiendo sobre el peligro de caer en la prostitución, así como concienciando de la ayuda que necesitan las personas con trastorno bipolar, como el suyo.